Estas consecuencias
del acto de abortar derivan de una serie de factores predisponentes de dicho acto. Así, se ha contrastado que el
perfil de la madre que aborta presenta una sintomatología
psíquica previa que puede incluir varios de los siguientes rasgos:
- Miedo intenso a la responsabilidad de afrontar una
crianza.
- Soledad en el estado gestacional, por abandono
de la pareja. No existiendo lazos de indisolubilidad, se crea tensión y
ausencia de la afectividad y el apoyo necesarios para afrontar el
alumbramiento y la posterior crianza.
- Percepción de carencia de
medios económicos y de
infraestructura para una crianza saludable y garante de una infancia
segura. Esta percepción está muy influenciada por nuestra sociedad
opulenta y materialista, donde nunca se tiene lo suficiente, ni es el
momento adecuado para tener un hijo, el cual se posterga a tramos de
edades muy maduros y como colofón a vidas en ocasiones demasiado
egocéntricas o narcisistas.
- Personalidades inmaduras, inseguras, excesivamente dependientes, que anteponen las necesidades y deseos del otro a las de ellas mismas.
“El Síndrome Post-Aborto (I)” fue el tema
tratado el pasado jueves 14 de febrero en nuestra sección "Preguntas a la
Psicología" del programa "Es la Noche de César".
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