lunes, 27 de junio de 2011

La Asociación NEN (Niños Enfermos de Neuroblastoma) en "Contamos Contigo"

El pasado sábado 25 de junio, entrevistamos en nuestro programa "Contamos Contigo" a los representantes de la Asociación NEN - Niños Enfermos de Neuroblastoma, quienes nos informaron de los objetivos y actividades de su organización.

El neuroblastoma es un cáncer infantil que se forma en el sistema nervioso. Es el tercer tumor pediátrico más frecuente, y aunque se han registrado avances en su proceso de curación, éste es todavía dificil.

La Asociación NEN agrupa a familiares de niños afectados por neuroblastoma, ayudándoles y proporcionándoles el apoyo necesario para superar la enfermedad. También se ocupa de informar a los pacientes sobre los tratamientos existentes, y de apoyar económicamente la investigación sobre esta enfermedad.

Desde aquí nuestra solidaridad con esta asociación, con los niños que padecen esta enfermedad, y con sus padres y familiares.

Más información en http://www.asociacion-nen.com/

domingo, 26 de junio de 2011

Las Auténticas Vacaciones - Contraviniendo a la Masa

Vacacionar no significa en modo alguno viajar, ni mucho menos gastar. Vacacionar conlleva cambiar el ritmo ajetreado y rutinario, laboral o doméstico, por un período de mayor quietud, reposo, reflexividad y tiempo placentero para nosotros y para nuestro entorno.

El concepto de vacacionar, como tantos otros, ha sido subvertido de modo intencionado para tener aún más cautivo a un mercado consumista. Esta vez a todos los niveles: familiar, individual y grupal. Todos anhelamos (y a todos nos hacen anhelar) las vacaciones, pero no el reposo, sino la actividad, el cambio y el viaje.

Analicemos las variables sociológicas y psicológicas que inciden de modo negativo en el concepto “progre” y “moderno” de vacaciones.

La sociedad del bienestar es una sociedad insatisfecha.

Hemos pensado que al alcanzar altas cotas de tecnología el hombre disfrutaría de mayor tiempo libre y de mayor autorrealización. Esto no sólo no es verdad, sino que además el ser humano tecnificado paga el peaje de esta falacia. Por ejemplo, el estrés y el aumento del tiempo en transportes muy tecnificados pero abarrotados o con deficiencias humanas (como las huelgas). Otro ejemplo: el altísimo nivel tecnológico del que disponemos hoy en día para las comunicaciones, y sin embargo, la sensación permanente de incomunicación con los más cercanos, mientras que idealizamos las comunicaciones virtuales o a gran distancia.

La falta de tiempo para el reposo y la carencia de verdadera Comunicación (no comunicaciones) las intentamos aplacar con compras y viajes, con alto contenido compulsivo y de consumo. En estos casos, se genera una alta expectativa en el objeto (viaje o bien material), se ponen todas las energías en marcha, se ejecuta el plan, y el resultado nunca colma las expectativas porque son objetales en vez de personales, perpetuándose el círculo vicioso de ansiedad y liberación de la misma con el consumo y el viaje estresante.

Posiblemente hayan oído hablar de la “Pirámide de Maslow”, un modelo psicológico para explicar las diferentes necesidades que el ser humano aspira a cubrir en su vida, ordenándolas de más a menos inmediatas e imprescindibles. Pues bien, es muy ilustrativo medir con este modelo las “necesidades” que se plantea el hombre actual:

  • Los seres humanos, una vez cubiertas sus necesidades fisiológicas (las más perentorias, como comer),  intentan colmar sus necesidades de seguridad.
  • Ya satisfechas éstas, se busca cubrir las necesidades de afecto y amor. Aquí empieza a tener problemas el hombre tecnológico actual, que vive relaciones demasiado superficiales y rápidas, generando una angustia vital y una nueva idealización de parajes y personas idílicas.
  • Acto seguido, el ser humano aspira a cubrir sus necesidades de estima, que vendrían dadas por la reflexividad de su nominación, individualidad y originalidad. Estas características son eliminadas en sociedades de pensamiento único y acción dirigida por la “madre nodriza” que es el consumo.
  • La última posición de la pirámide de Maslow, la actualización de sí mismo ( implicando reflexividad, reposo, responsabilidad, revisión y balance existencial), es incompatible con los criterios de mercado que te envuelven en burbujas estresantes y de bienes, sin poder conseguir la auténtica sensación placentera del reposo y el placer de tener control sobre el tiempo y la actividad del ser.

El estrés como epidemia.

El estrés es una sobrecarga que momentáneamente el organismo asume, acelerando ritmos, y que mantenida en el tiempo puede causar múltiples disfunciones de los sistemas orgánicos y psíquicos. Una forma moderna de estrés, inherente a lo que ahora se entiende como “vacaciones”, es el nuevo estrés del ocio.

Como vivimos en una sociedad muy anticipatoria, que vive más proyectada en el futuro que en el presente, muchas personas pasan mal el domingo pensando ya en el lunes, previendo que tienen que incorporarse al trabajo. De esta forma, rebajan el disfrute el día festivo y pasan mejor día el laboral, puesto que imaginativamente se han proyectado con ansiedad en dicho día laboral, perdiendo así unas horas maravillosas y únicas para el reposo y el deleite del presente.

Esta ansiedad anticipatoria, característica de sociedades muy tecnificadas, nos impide disfrutar más y mejor de la vida. El posible bienestar presente no se disfruta porque está en peligro de perderse. Al vivir anticipadamente, algún suceso insatisfactorio que ocurra durante el período vacacional planificado concienzudamente puede ser muy frustrante, puesto que la persona tenía una idea muy fija y  unas expectativas muy altas e irreales de sus vacaciones.

Durante los momentos de ocio algunas personas llegan al punto de no disfrutar de la actividad que tienen en ese momento, porque ya se están anticipando y degustando la que van a realizar después. Al pasar tan rápidamente de una actividad a otra, y con tanta avidez, ellos mismos se impiden alcanzar  un disfrute pleno y un relax auténtico. De este modo, se escapa entre sus manos el placer debido a la búsqueda abusiva y desordenada del mismo.

Sociedades meteóricas.

La sociedad actual se muestra una fan de la modernidad, encontrando en la pantalla y en el hiper del consumo un hábito espontáneo. Para las sociedades neuróticas e inmaduras, lo reciente simboliza la posibilidad de liberarse de lo conservador y de lo natal, puesto que son los progenitores del aburrimiento y el detenimiento.

La sociedad en pleno tiene pánico al aburrimiento; es decir, al tiempo sin organizar, sin movimiento meteórico. Esta época no puede mirar de frente al tiempo vacío, al espacio detenido para el sabor personal. Este pensamiento es subsidiario del pensamiento nihilista de lo absurdo ante el vacío.

La sociedad ha tenido una mutación juvenil, pensando que nada se tiene que detener, que no se puede fijar a un tiempo o a un lugar. La masa social secunda esa fresca aversión a la parada, al diálogo con las ruinas del tiempo.

¿En qué consiste pues la felicidad, para estas sociedades meteóricas? Pues en arena blanca, cielo azul, agua salada y cuerpos translúcidos, pero bronceados, sin sombra de espíritu y agrediendo o rechazando cualquier elemento distorsionador de realidad que aparezca en nuestro escenario idílico. Es necesario estar en forma, esculpir la carne de una mente insatisfecha, hacer nuestro el eslogan “sudo luego existo”. El alma como repliegue de lo carnal debe ser allanada y acallada por tiempos veloces. La época del cuerpo potente es la época del pensamiento débil y de la insatisfacción plena y el momento más significativo de todo ello son las vacaciones.

Convencidos pero equivocados.

El hombre, al igual que la naturaleza, odia el vacío y no concibe el azar o el devenir sin planificación u organización de mapas conceptuales previos. Así como cree en múltiples supersticiones relativas al dinero o la suerte, de igual forma cree que viajando o gastando va a adquirir la varita mágica del placer perpetuo y el descanso perfecto. Están convencidos plenamente, pero muy equivocados, puesto que los datos que aparecen año tras año del síndrome de la vuelta vacacional, nos demuestran que no se ha conseguido nada de lo planificado, por muy convencido que se haya estado a priori.

Corre en los tiempos meteóricos y tecnificados el prejuicio del prototipo aburrido y conservador hacia aquél que va contracorriente, que plantea unas vacaciones de modo singular, más centradas en la actualización de sí mismo, que en lo oficialmente correcto. A este tipo de virtuosos del tiempo y del dominio del ser, se les denosta como vetustos, carcas y desfasados. Por el contrario, los virtuosos son los que exhiben velocidad, vicio y consumo de lujo frenético, generando no un pensamiento único sino un sentimiento único y anestesiado para la auténtica liberación de la tensión y la carga laboral.

Amigo lector: recuerde que en su vida tendrá ocasión de emprender el único viaje que no le decepcionará, y que quiera o no quiera, tendrá que realizar. Siempre es buen momento para empezar el VIAJE HACIA UNO MISMO.

Las Verdaderas Vacaciones - Editorial del programa "Contamos Contigo" (25 de junio de 2011)

La vida en las grandes ciudades es, cada día, más agobiante y se caracteriza por una ausencia de tiempo para dedicarse a otras cosas que no sean el trabajo y las ocupaciones relacionadas con la economía familiar. En realidad, no sólo de las grandes ciudades: también en las medianas e incluso, poco a poco, en las pequeñas.

Dejamos de ser personas, en el más amplio sentido de la palabra, seres humanos con sus circunstancias, seres queridos, aficiones, capacidades, inquietudes..., para convertirnos en máquinas de producir, sometidas cada vez a una mayor competitividad, al desafío de estar por encima o por delante de otro que aspira al mismo puesto que nosotros hemos conseguido. ¿O quizá no?, ¿o quizá sólo sean impresiones y sugestiones subjetivas?

No cabe duda de que las vacaciones, que hace años en España eran una oportunidad grandiosa de reunirse con toda la familia, de encontrarse en la casa común para verse y reír, para compartir momentos y emociones, para intercambiar experiencias..., todo eso, por desgracia, ha empezado a dejar paso a la escapada con fines terapéuticos, a la "desconexión" que nos libere del stress de todo el año, de nuestra presupuestada (y casi siempre financiada) salida a la playa, la montaña o el viaje por medio mundo, dependiendo de cómo esté el bolsillo.

Me aterra, por otra parte, esa contestación creciente a la pregunta, quizá inoportuna, de "qué vas a hacer estas vacaciones". "Nada", responde el interfecto o interfecta sin inmutarse; "tumbarme a la bartola y no dar un palo al agua". ¿Realmente estamos tan mal como para no plantearnos la más mínima actividad en vacaciones?, ¿es saludable pensar así, creer que el tiempo de vacaciones es para la holganza exclusivamente, sin más pretensiones ni inquietudes?

No les negaré mis planes: sueño con buenos libros y mucho tiempo para disfrutarlos. Con largos paseos junto al mar para poder ordenar ideas y fabricar proyectos. Sueño con noches de brisa llenas de buena música, con amaneceres de periódico y café, con siestas kilométricas. Pero también, sobre todo, con la compañía de aquellos que más me importan.

jueves, 16 de junio de 2011

Trastornos Alimentarios

Trastornos alimentarios - Anorexia
La joven de la foto se llamaba Isabelle Caro. Era francesa, modelo, y padecía anorexia desde los 13 años.

Se hizo famosa por prestar su imagen para una controvertida campaña contra esta enfermedad, patrocinada por una marca comercial de moda.

Falleció a los 28 años.


Anorexia Nerviosa.

Todos hemos padecido anorexia alguna vez, ya que “anorexia” (sin adjetivos) es la pérdida de apetito por una disfunción orgánica (por ejemplo, a causa de una gripe). Distinta es la anorexia nerviosa, que es la voluntad de suprimir el deseo de comer.

La anorexia nerviosa afecta en la actualidad al 1% de las mujeres adolescentes y jóvenes (menores de 30 años), y al 0,1% de los hombres. Es un trastorno propio de sociedades desarrolladas, que va en continuo aumento a partir de los años 60, desde que la exhibición del propio cuerpo y la “estética” asociada se han revelado como un mercado de enorme potencial.

Aún siendo un trastorno muy de nuestro tiempo, hay referencias históricas que documentan su existencia en épocas pasadas. Por ejemplo, ya en el siglo XVIII Richard Morton lo describía en detalle, denominándolo “consunción nerviosa”.

Síntomas de la Anorexia Nerviosa.

Los principales síntomas que registran las personas afectadas por este trastorno son los siguientes:

  • Alteraciones de la percepción, viéndose estas personas más gruesas de lo que realmente están. Esta deformación puede ser interoceptiva o intraceptiva (por ejemplo, las amigas).
  • Se ven más gordas nada más terminar de comer. Este fenómeno se denomina “catatimia”, es decir, una alteración perceptiva con componente afectivo (la afectividad se entiende como la alteración de los sentimientos, los deseos y el sufrimiento).
  • Muestran tendencia a adelgazar indefinidamente, o bien a mantenerse con un peso menor del 85% del peso normal.
  • Niegan el peligro para su salud. Esta conducta en ocasiones se ve reforzada por análisis de sangre en los límites inferiores de los valores “normales”.
  • Miedo intenso a llegar a ser obesas y repugnancia por la obesidad, hasta el punto de rechazar ostensiblemente su trato social con quienes consideran “gordos”.
  • Una autoevaluación y autoestima determinadas fuertemente por la silueta; en los casos severos, sólo por la silueta.
Subtipos de Anorexia Nerviosa

Anorexia nerviosa restrictiva: Es una reducción muy drástica de la ingesta y variedad de los alimentos, sobre todo los de nivel calórico: pan, fécula, pastas, dulces. Acompañan la restricción con un ejercicio físico excesivo, incluso absurdo. Este tipo es de comer menos y ejercitar mucho. No existen purgas.

Anorexia nerviosa compulsiva – purgativa: Pasa desapercibida si no se llega a la delgadez extrema. Muchas veces, ni siquiera el facultativo llega a diagnosticarlo. Además de restricción, ejercicio excesivo, toma de anorexígenos, suele haber atracones de comida. También son frecuentes las purgas y la toma de diuréticos.

Consecuencias de la anorexia nerviosa.

  • Amenorrea - Pérdida de la regla; si dura más de 6 meses, puede llegar a ocasionar problemas hormonales, alteraciones del calcio y osteopenia
  • En pre-puberales puede darse una ralentización del desarrollo sexual y físico, con disminución de la talla total.
  • Estreñimiento, intolerancia al frío, aparición de un vello fino en el tronco (lanugo).
  • Piel más seca y amarillenta por aumento de carótenos. Aparición de petequias, manchas rojas en extremidades por mala circulación.
  • Aumento de la segregación de las glándulas salivares.
  • Anemia.
  • Leucopenia.
  • Disminución del nivel de estrógenos o del nivel de testosterona.
  • Alteración de la hormona tiroidea T-3.
  • Aumento del cortisol, muy relacionado con el estrés.
  • Alteraciones cardíacas que se detectan en un electrocardiograma.
  • Alteración de la tensión arterial.
  • Disminución del magnesio, cloro, zinc y fósforo.
  • Erosiones dentales y callosidades en las manos.
La anorexia nerviosa se asocia a otros trastornos psicopatológicos:

  • Depresión, presente en un 60% de los casos, favoreciendo las conductas de suicidio.
  • Trastornos de ansiedad, en un 40%.
  • Trastornos de la personalidad asociados a un 50%  de los casos.
  • Abuso del alcohol y otras sustancias, o trastorno del control de los impulsos (éstte es característico de la anorexia nerviosa de tipo compulsiva-purgativa).
  • Se puede convertir en una personalidad adictiva e impulsiva: ludopatía, trastorno explosivo, etc.
Y no olvidemos lo principal: la anorexia nerviosa no tratada, en última instancia, puede provocar  la muerte.

Factores predisponentes de la anorexia nerviosa.

Este trastorno se produce por una incidencia multifactorial.

  1. Influye el lugar de residencia, así como la estética y la importancia atribuida a lo “físico” que imperen en el ámbito domiciliario.
  2. Se registra más en culturas donde la imagen externa tiene una extrema importancia.
  3. Ocurre más en tiempos de bonanza económica, y en las clases sociales más altas.
  4. También se da con más frecuencia en pacientes cuyos familiares directos han sufrido sus este trastorno.
  5. Predisposición genética (muy minoritario).
  6. Existencia de hechos traumáticos: muerte, separaciones, abusos, etc.
  7. Alusiones a la obesidad de carácter traumático.
  8. Síndrome de “Peter Pan” (personas que se niegan a crecer y a adquirir los rasgos biológicos que denotan adultez o madurez).
  9. Presencia de otros trastornos psicopatológicos previos: depresivos, ansiedad, personalidad obsesiva, de control de los impulsos, etc.
  10. Rechazo social, mala integración.
  11. Presencia de abundantes regímenes alimentarios.
  12. Profesiones facilitadoras: modelos, deportistas o bailarinas.
Bulimia Nerviosa.

Ocurre en el doble de casos que la anorexia nerviosa, tanto en hombres como en mujeres. La bulimia nerviosa es un trastorno muy parecido a la anorexia nerviosa de tipo compulsiva – purgativa, diferenciándose de ésta en que no hay una pérdida significativa de peso, ni amenorrea. Quienes la sufren, a ojos de los demás, son personas con apariencia de peso normal.

Se caracterizan por atracones frecuentes (al menos, dos por semana). Estos  atracones on de un tipo muy determinado:

  • Ansiedad antes del atracón, acompañada de  sentimientos de frustración o depresivos. El sujeto come por compensación gratificante.
  • Durante el atracón se ingiere una gran cantidad de comida en poco tiempo (se come muy rápido). Se tiene la sensación de no poder parar.
  • Después del atracón, la persona se siente gratificada y disminuye el estado de ansiedad, pero rápidamente aparecen fuertes sentimientos de culpa: autoreproches, autoculpabilidad, sentimientos depresivos y ansiosos, generándose el círculo vicioso.

Subtipos de Bulimia Nerviosa.

Bulimia nerviosa purgativa: Se caracteriza por el vómito autoinducido tras el atracón, junto con abuso de diuréticos, laxantes o fármacos anorexígenos, pudiendo haber o no restricción alimentaria. Los atracones alternan con austeridad absoluta de comida.

Bulimia nerviosa no purgativa: No se recurre a ningún tipo de purga, sino al ejercicio excesivo o la dieta restrictiva, alternando con atracones o no. De esta conducta resultan personas muy obesas.

Pensamientos dañinos y de riesgo en trastornos alimentarios.

Aunque nos resulte difícil de creer, el enfermo que padece uno de estos trastornos vive sumergido en una “locura cognitiva”, que le provoca pensamientos distorsionados, dañinos y de gran riesgo para sí mismo. Veamos una muestra de éstos:

  • Mientras yo esté delgada todo me da igual.
  • Los demás quieren que engorde porque me tienen envidia.
  • Cuando adelgace lo suficiente paro.
  • Me da asco comer.
  • Nadie me entiende.
  • Creen que me van a engañar, pero no lo van a conseguir.
  • Lo importante es tener controlado todo lo que como y bebo.
  • El día ha terminado, he conseguido controlar la comida, pero estoy agotada.
  • Hoy es mi último atracón.
  • Toda mi vida gira en torno a la comida.
  • Soñaba con cantidades de comida que me perseguían.
  • Mentía y mentía a todos.
  • Me propuse hacer dos mil abdominales diarios.
  • Apuntaba todo lo que comía, bebía y gastaba.
  • Me atracaba y vomitaba varias veces al día.
  • Si comía más tenía que hacerme daño, me pegaba.
  • Gastaba mucho dinero en pastillas y cremas.
  • Robaba a mi madre para comprar comida.
  • Dejé de salir para no tener que comer o beber.
Comportamientos que nos pueden alertar.

Aunque no es una lista completa, si observamos en una persona allegada varios de los comportamientos siguientes, debemos alertarnos y posiblemente acudir a un profesional de la salud:

  1. Restringe Alimentos.
  2. Se marcha al aseo nada más comer.
  3. Uso diario de laxantes y diuréticos.
  4. Ejercicio de modo compulsivo.
  5. Tomar alimentos demasiado calientes.
  6. Abuso de los edulcorantes.
  7. Toma de infusiones o colas de modo intenso.
  8. Toma de chicles o caramelos de modo frecuente.
  9. No querer sentarse ni descansar.
  10. Contar las calorías, hablar de la comida, almacenar comida o envoltorios vacíos .
  11. Esconder comida en servilletas, bolsillos o cajones para luego deshacerse de ella.
  12. Evitar comer en público.
Nuestro programa “Contamos Contigo”, en su emisión del sábado 11 de junio,
estuvo dedicado a analizar los trastornos de la alimentación,
destacando sus dos variantes más comunes: la anorexia y la bulimia,
ambas en su vertiente nerviosa.