viernes, 25 de octubre de 2013

Cómo funciona la memoria humana

Memoria Humana - Funcionamiento
Hoy en día, el estudio de la memoria forma parte de la moderna Psicología Cognitiva. Esta disciplina, además de la memoria y su funcionamiento, investiga otros procesos internos relacionados con el procesamiento de información por parte de los seres humanos, como la percepción, la atención, el lenguaje y el pensamiento. Como todos ellos, la memoria es realmente compleja; difícil de describir y de conceptualizar. Por ello, hablar de “memoria” en singular puede ser una aproximación muy simplista: en realidad, hoy en día existen varios modelos de la memoria, cada uno explicando diferentes aspectos de su organización y funcionamiento. El modelo más difundido es el estructural (los almacenes de memoria), complementado posteriormente por el modelo de la memoria de trabajo, que expande parte del modelo estructural.

El modelo estructural de la memoria, en su versión más extendida actualmente, fue propuesto por Atkinson y Shiffrin en 1968. Este modelo considera que la memoria se organiza en tres “almacenes”: la memoria sensorial, la memoria de corto plazo, y la memoria de largo plazo. Los tres almacenes trabajan de forma secuencial, pasando la información de cada uno al siguiente en el proceso de su captación y almacenamiento. Los tres difieren entre sí en su capacidad (cuánta información pueden almacenar), la duración (cuánto tiempo permanece la información antes de borrarse), y la codificación (cómo se almacena ésta).

La memoria sensorial (MS)

En esta memoria se almacena información proveniente de nuestros sentidos, de forma muy fiable pero con una duración máxima muy breve: entre medio segundo y dos segundos. Esta memoria sensorial (MS) también se puede dividir en varios subsistemas, según de qué sentido provenga la información a almacenar. Entre otros:
  • Memoria icónica, para almacenar imágenes.
  • Memoria ecoica, para almacenar sonidos.
  • Memoria háptica, para almacenar estímulos táctiles, incluyendo el dolor.

La memoria de corto plazo (MCP)

También conocida como memoria activa, la MCP contiene la información de la que somos conscientes en cada momento. De hecho, al prestar atención deliberada a la memoria sensorial, es cuando se generan los contenidos de la memoria de corto plazo. La duración de la información almacenada en la MCP es de 30 a 45 segundos como máximo; si queremos mantenerla más tiempo, hemos de repetirla conscientemente (el típico número de teléfono que repetimos hasta que podemos apuntarlo). Y un dato curioso: la codificación de la información en la MCP parece ser eminentemente acústica; incluso las imágenes se “traducirían” a sonidos para su almacenamiento temporal.

En cuanto a su capacidad, los experimentos realizados demuestran que una persona puede almacenar en la MCP entre 5 y  9 ”items”con una media típica de 7. Un “item” es cada unidad distinguible de información para el sujeto que la recuerda, a nivel de MCP: puede ser una cifra o un grupo de ellas, una letra, una sílaba o una palabra. Para poder almacenar más información de una vez, podemos “agrupar” items, si al hacerlo  somos capaces de recordarlos de una vez. Por ejemplo, para recordar el teléfono 9 8 6 3 0 4 3 9, podemos agrupar las cifras mentalmente así: 98 630 4 3 9, pues reconoceríamos el 98 como código de provincia, y el 630 como el de ciudad. De esta forma, necesitamos menos “almacenamiento” y podemos retenerlo mejor. Y esto es importante, pues una de las causas de olvido en la MCP es que mientras estamos reteniendo una información, nos entre otra información desde la MS, desplazando a la que nos afanábamos por mantener, por no haber sitio para las dos a la vez. 

La memoria de largo plazo (MLP)

En caso de no haber perdido la información almacenada en la MCP, a base de repeticiones conseguimos que ésta pase a la memoria de largo plazo (MLP). Este almacén de memoria es al que nos referimos comúnmente cuando hacemos referencia a nuestra memoria como individuos. Contiene una gran cantidad de información, que puede ser mantenida por periodos muy largos de tiempo (incluso indefinidamente). La MLP guarda información de amplio espectro; además, no es un sistema pasivo, sino que constantemente revisa y evalúa las informaciones almacenadas, a la luz de las nuevas que va registrando.

Siendo tan compleja la MLP, es lógico que el modelo para representarla se haya ido haciendo más complejo. Hoy en día se admite que la MLP está dividida en varios subsistemas:

  • Memoria declarativa o explícita, que almacena información de tipo semántico (nuestro conocimiento del mundo en general: palabras, ideas y conceptos) y de tipo episódico (eventos biográficos sobre los que podemos generalizar). Hay un constante trasiego de un tipo de información a la otra, en los dos sentidos.
  • Memoria implícita, no declarativa, que también almacena diversos tipos de información: procedimientos (cómo hacer las cosas: habilidades como montar en bicicleta), reflejos condicionados (el fuego quema), condicionamiento emocional y efectos de primacía. De nuevo, la interacción entre los cuatro tipos de información, y la influencia entre ellos, son constantes y bidireccionales.