El Alzheimer,
o más generalmente, la demencia tipo Alzheimer, es actualmente la causa más común de
demencia en los adultos. Alois Alzheimer, psiquiatra y patólogo alemán, fue el
descubridor de esta enfermedad, que diagnosticó como demencia presenil en una
paciente de 51 años (Auguste Dete). Al fallecer ésta, llevó su cerebro al laboratorio
del prestigioso psiquiatra Kraeplin, donde juntos descubrieron las placas
blanquecinas y pegajosas que
caracterizan esta enfermedad.
Se trata de una
enfermedad degenerativa que cursa con gran variedad de déficits cognitivos. En
1992, la OMS definió la enfermedad de Alzheimer como una dolencia degenerativa cerebral primaria de etiología desconocida,
que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El
trastorno se inicia de manera insidiosa y lenta, evolucionando progresivamente
durante años.
Se considera
esta enfermedad como un síndrome convergente, en el que gran variedad de
alteraciones genéticas y medioambientales pueden confluir y contribuir a causar el daño
cerebral. Los factores de riesgo (identificados hasta ahora) que más
contribuyen a desarrollar la enfermedad son la edad, la genética, los traumas
craneales, los tóxicos y las enfermedades cerebro vasculares.
En la actualidad
el diagnóstico del Alzheimer es fundamentalmente clínico, en primera instancia:
historia clínica, examen neuropsicológico y pruebas complementarias. Sin
embargo, para confirmar definitivamente un diagnóstico clínico de Alzheimer se requiere una biopsia cerebral que confirme los signos patológicos de esta
enfermedad: placas seniles y ovillos neurofibrilares en diversas zonas del
cerebro.
Una de las
características y síntomas del desarrollo del Alzheimer es el deterioro de las praxias y la aparición de apraxias. Una praxia es una sucesión de movimientos
coordinados adecuadamente para la consecución de un fin. Implican un control
deliberado para llevar a cabo la integración motora necesaria en la ejecución
de movimientos complejos aprendidos. En contraste, una apraxia es el no poder realizar una praxia (es decir, fallar al
intentar una serie de movimientos coordinados con un fin último concreto).
Ejemplos de apraxias que encontramos en el Alzheimer son: constructiva, del
vestido, ideatoria, ideomotora y buco-facial.
Se han identificado 3 fases
principales en el desarrollo del Alzheimer. Las fases, con su duración, y los síntomas principales asociados, son las siguientes:
Primera fase (de 1 a 3 años)
- Memoria: defecto de nuevos
aprendizajes y recuerdos remotos.
- Visoespacial; desorientación
topográfica y apraxia constructiva.
- Lenguaje: pobre generación de
listas de palabras. Anomia.
- Personalidad: apatía,
irritabilidad o tristeza.
- Sistemas motores normales
- Electro encefalograma (EEG) normal.
- Tomografía computerizada craneal normal.
Segunda fase (de 2 a 10 años)
- Memoria: recuerdo reciente y
remoto alterados.
- Visoespacial; desorientación
espacial, marcada apraxia constructiva.
- Lenguaje: afasia fluente.
- Cálculo: acalculia.
- Praxias: apraxia ideomotora.
- Personalidad: indiferencia y
apatía.
- Sistemas motores: intranquilidad.
- EEG: Identificación de la
actividad de base.
- Tomografía computerizada craneal: ensanchamiento de surcos y aumento de ventrículos.
Tercera fase (de 8 a 12 años)
- Funciones intelectuales
severamente deterioradas.
- Sistemas motores con rigidez de
miembros, postura flexionada.
- Esfínteres: Incontinencia
urinaria y fecal.
- EEG: difusamente lento
- Tomografía computerizada craneal: dilatación ventricular y ensanchamiento de surcos
“Alzheimer y Envejecimiento” fue el tema tratado el pasado jueves 7 de junio en nuestra sección "Preguntas a la Psicología" del programa "Es la Noche de César".
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