sábado, 16 de junio de 2012

Alzheimer y Envejecimiento - "Preguntas a la Psicología" (7/6/12 en Libertad Digital TV)

El Alzheimer, o más generalmente, la demencia tipo Alzheimer, es actualmente la causa más común de demencia en los adultos. Alois Alzheimer, psiquiatra y patólogo alemán, fue el descubridor de esta enfermedad, que diagnosticó como demencia presenil en una paciente de 51 años (Auguste Dete). Al fallecer ésta, llevó su cerebro al laboratorio del prestigioso psiquiatra Kraeplin, donde juntos descubrieron las placas blanquecinas  y pegajosas que caracterizan esta enfermedad.

Se trata de una enfermedad degenerativa que cursa con gran variedad de déficits cognitivos. En 1992, la OMS definió la enfermedad de Alzheimer como una dolencia degenerativa cerebral primaria de etiología desconocida, que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El trastorno se inicia de manera insidiosa y lenta, evolucionando progresivamente durante años.

Se considera esta enfermedad como un síndrome convergente, en el que gran variedad de alteraciones genéticas y medioambientales pueden confluir y contribuir a causar el daño cerebral. Los factores de riesgo (identificados hasta ahora) que más contribuyen a desarrollar la enfermedad son la edad, la genética, los traumas craneales, los tóxicos y las enfermedades cerebro vasculares.

En la actualidad el diagnóstico del Alzheimer es fundamentalmente clínico, en primera instancia: historia clínica, examen neuropsicológico y pruebas complementarias. Sin embargo, para confirmar definitivamente un diagnóstico clínico de Alzheimer se requiere una biopsia cerebral que confirme los signos patológicos de esta enfermedad: placas seniles y ovillos neurofibrilares en diversas zonas del cerebro.

Una de las características y síntomas del desarrollo del Alzheimer es el deterioro de las praxias y la aparición de apraxias. Una praxia es una sucesión de movimientos coordinados adecuadamente para la consecución de un fin. Implican un control deliberado para llevar a cabo la integración motora necesaria en la ejecución de movimientos complejos aprendidos. En contraste, una apraxia es el no poder realizar una praxia (es decir, fallar al intentar una serie de movimientos coordinados con un fin último concreto). Ejemplos de apraxias que encontramos en el Alzheimer son: constructiva, del vestido, ideatoria, ideomotora y buco-facial.

Se han identificado 3 fases principales en el desarrollo del Alzheimer. Las fases, con su duración, y los síntomas principales asociados, son las siguientes:


Primera fase (de 1 a 3 años)

  • Memoria: defecto de nuevos aprendizajes y recuerdos remotos.
  • Visoespacial; desorientación topográfica y apraxia constructiva.
  • Lenguaje: pobre generación de listas de palabras. Anomia.
  • Personalidad: apatía, irritabilidad o tristeza.
  • Sistemas motores normales
  • Electro encefalograma (EEG) normal.
  • Tomografía computerizada craneal normal.

Segunda fase (de 2 a 10 años)

  • Memoria: recuerdo reciente y remoto alterados.
  • Visoespacial; desorientación espacial, marcada apraxia constructiva.
  • Lenguaje: afasia fluente.
  • Cálculo: acalculia.
  • Praxias: apraxia ideomotora.
  • Personalidad: indiferencia y apatía.
  • Sistemas motores: intranquilidad.
  • EEG: Identificación de la actividad de base.
  • Tomografía computerizada craneal: ensanchamiento de surcos y aumento de ventrículos.

Tercera fase (de 8 a 12 años)

  • Funciones intelectuales severamente deterioradas.
  • Sistemas motores con rigidez de miembros, postura flexionada.
  • Esfínteres: Incontinencia urinaria y fecal.
  • EEG: difusamente lento
  • Tomografía computerizada craneal: dilatación ventricular y ensanchamiento de surcos

“Alzheimer y Envejecimiento” fue el tema tratado el pasado jueves 7 de junio en nuestra sección "Preguntas a la Psicología" del programa "Es la Noche de César".


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